sábado, 7 de diciembre de 2013
Visión del poema "Adolescencia" de Vicente Aleixandre
El siguiente poema sobre el que voy a dar mi visión es Adolescencia de Vicente Aleixandre, poeta sevillano adscrito al grupo del 27. Este poema pertenece a su primer libro de poesía Ámbito publicado en Málaga en el año 1928. En este libro predomina la estética de la poesía pura siguiendo la influencia de Juan Ramón Jiménez y de otro compañero de grupo, Jorge Guillén. También aparecen influencias de otros poetas de la Edad de Oro, especialmente de Luis de Góngora ( hemos de recordar que el nombre grupo del 27 es debido a que en 1927 se cumplió el tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora, y para celebrarlo una serie de poetas se reunió en el Ateneo de Sevilla para celebrarlo)
El poema Adolescencia consta de once versos libres ( dos endecasílabos, tres eneasílabos, cuatro heptasílabos, un pentasílabo y un tetrasílabo), con predominio de la rima asonante.
En distintos análisis se ha visto este poema como una evocación resignada y nostálgica de la adolescencia. Pero bajo la forma de un poema aparentemente sencillo se esconde una complejidad mayor de la que cabría esperar. Desde mi punto de vista el tema que realmente subyace en el poema de Aleixandre es la profunda resignación que siente el yo lírico de no poder volver a la infancia y vivir en ella eternamente. La adolescencia supone un impedimento para volver a esa infancia. Veamos el apóstrofe del primer verso por el cual se personifica a la adolescencia, "Vinieras y te fueras dulcemente...". Es decir que el yo lírico desearía que esa adolescencia viniese y se fuese dulcemente y no se llevase su niñez. Entiendo que el yo lírico no desea convertirse en adulto.
" de otro camino
a otro camino", el camino representa la alegoría de nuestro discurrir por la vida, figura que ya había aparecido en Jorge Manrique.
" pasar por un puente a otro puente", el puente también es una metáfora del paso por la vida.
La siguiente coda de dos versos representarían desde mi punto de vista el pie de un niño y el atardecer, "- El pie breve" ( es decir, el pie corto, pequeño), y la luz vencida alegre puede representar el ocaso, el atardecer, es decir si el yo lírico consiguiese alcanzar el sueño de permanecer eternamente en la niñez, los atardeceres ( que se suelen asociar a estados de tristeza, de ocaso, de fin...) serían alegres. El poeta utiliza muy hábilmente esa paradoja.
"- El pie breve,
la luz vencida alegre-"
En el siguiente verso se insiste en la idea de que si la adolescencia no hubiese venido seguiría siendo un niño
" Muchacho que sería yo mirando..."
También se puede deducir, a través de la imagen del espejo la figura de Narciso, que en la mitología griega se enamora de su propia imagen al verla reflejada en el agua. En este caso el yo lírico está enamorado de la niñez y no quiere que se vaya
"Muchacho que sería yo mirando
aguas abajo la corriente,
y en el espejo tu pasaje..."
Y en los hermosísimos dos últimos versos del poema, "y en el espejo tu pasaje
fluir , desvanecerse" se insiste en la idea del yo lírico que desea que la adolescencia fluya, se desvanezca ( nótese la gradación), mientras él, como niño que no quiere dejar de ser, contempla el paso del tiempo y la vida ( metáfora de la corriente de agua).
La adolescencia es pues vista con dolor y resignación porque marcaría el fin de la etapa en la que realmente quiere vivir anclado el yo lírico, la pura infancia.
He aquí el hermosísimo poema
Adolescencia
Vinieras y te fueras dulcemente,
de otro camino
a otro camino. Verte,
y ya otra vez no verte.
Pasar por un puente a otro puente.
-El pie breve,
la luz vencida alegre-.
Muchacho que sería yo mirando
aguas abajo la corriente,
y en el espejo tu pasaje
fluir, desvanecerse.
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bonita reflexion, estoy de acuerdo contigo en la mayria de cosas
ResponderEliminarcallate ya puto inutil de mierda
Eliminartu si que eres un inutil en torno a los ambitos de la literatura
Eliminarmi amol
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